miércoles, 12 de diciembre de 2012

La magia de un gracias diferente

Publicado por Lili en 11:55
¡Hola Aventureros! 

Ya llega mi época favorita del año, ¡la Navidad! ¿No estáis ansiosos? Siempre me alegra ver las calles decoradas, la gente planeando ver a sus familiares y todo el ambiente de bondad (aunque eso es algo que debería estar todo el año). 

Bueno, ¿preparados para mis nuevas aventuras? Si, como ya hice la vez anterior, os voy a contar historias con el mismo denominador común, esta vez: los agradecimientos. 

Cuando ayudas a la gente te pueden sorprender de las más diversas formas, desde ser muy educados y decirte un simple gracias pasando por las cosas más surrealistas que os podéis llegar a imaginar. Puede que las mías no sean para catalogarlas con la etiqueta surrealista, pero si merecen ser contadas. 

Así que sin más preámbulos, aquí os dejo con mis aventuras. ¡Disfrutadlas!

El artista viajero

Si tuviera que elegir una historia entre todas las que tengo, esta estaría entre las 5 primeras. Puede que no sea la más bonita o lo más graciosa, pero para mí tiene algo de mágico. Recuerdo que era viernes y que ya quedaban pocas horas para que se terminara mi jornada, y como cualquiera, quería descansar en el fin de semana. Estaba pensando lo que podía hacer, cuando un chico vino corriendo hacía mí, había olvidado la mochila en el autobús. No era la primera persona que me contaba lo mismo, y yo me sorprendía de lo despistadas que podían ser. Le dije entonces que me diera todos los datos para poder llamar a tráfico y que me dijeran donde podía estar el autobús. Me comentó que era muy importante y que lo necesitaba porque tenía otro autobús que salía en tres horas desde otra estación. Al llamar, me dijeron que el autobús estaba en las cocheras lavándose pero que volvía a salir en dos horas. Al comentárselo se puso muy contento y sin parar de decir gracias me dijo que volvería en una hora y media. Me quedé pensando si alguna vez a mí se me olvidaría la maleta, y llegué a la conclusión de que puede que la maleta no, pero si pequeñas cosas, he perdido ya demasiadas. Pero, ¿a quién no le ha pasado alguna vez? 

A la hora y media el chico volvió a venir y saludándome nos dirigimos hacía los andenes para recoger su mochila. En el camino me contó que venía desde Francia (no se le notaba para nada su acento francés, hablaba muy bien español) y que había estado haciendo autostop hasta San Sebastian, donde al ver que nadie le recogía opto por cogerse un autobús hasta Madrid porque era donde tenía que coger el que le llevaba a Lisboa. Me parecía fascinante todo lo que me contaba, y creo que fue de las personas más aventureras que conocí trabajando allí. Cuando ya recogimos su mochila y nos dirigíamos a la salida me dijo: "Has sido muy amable hoy conmigo" Sonreí "Lo hago encantada" Entonces con una sonrisa enorme me dijo: "Te voy a hacer un regalo" Y abrió su mochila de la que sacó un cuaderno super bonito "Soy dibujante, y aquí hago todos mis dibujos" me dijo mientras pasaba las hojas. "Y te voy a regalar uno" Al principio me negué, ¡eran sus dibujos! Pero el chico insistió tanto que tuve que cogerlo. Le dí las gracias y me despedí de él deseándole buen viaje para Lisboa. Era un dibujo un tanto abstracto y cuando llegué a la taquilla todo el mundo se rió, pero a mí me parecía un dibujo muy bonito y siempre me lo parecerá. Este chico me agradeció de una manera que nunca esperé, me dio algo que era suyo. Puede que os parezca una tontería, pero una de mis mejores amigas es dibujante y sé lo que significa que alguien te regale un dibujo, no solo te dan una hoja con ilustraciones, también te regalan una parte suya. Y además, ¿quién sabe? Puede que este chico se convierta en famoso y yo tenga uno de sus dibujos. 

Aquel que se emociona y lo expresa a su manera

Esta historia es de las más divertidas que tengo, porque realmente, nunca esperé que esto me llegara a pasar alguna vez. Cuando la gente no se planifica las vacaciones o de repente deciden hacer un viaje, no se dan cuenta de que mucha gente puede pensar lo mismo que ellas, y por lo tanto formarse un caos. Pues bien, esto era lo que pasaba casi todos los viernes de verano en la sobremesa. Los autobuses estaban llenos y tenían que esperar como dos, tres horas para poder viajar. Y si dentro de las taquillas era un caos, afuera en las máquinas era peor. Estaba trabajando a destajo, cuando un señor me preguntó muy confiado cuando era el siguiente autobús a "Gallifrey" (de nuevo nombre inventado, aunque no me importaría irme para allá :P) y le tuve que dar la mala noticia de que no salía otro hasta horas más tarde. El señor se quedó con la boca abierta sin creerse su mala suerte, ¡tenía que estar allí antes de por la noche por una entrevista de trabajo! Yo sólo le pude aconsejar que comprara ese billete y que si alguien cancelaba algunas horas antes podíamos hacer un cambio. El hombre se tuvo que conformar y después de comprar el billete me dijo: "Me quedo por aquí por si alguien lo cancela, ¿vale?" Yo asentí y seguí trabajando, rogando para que alguien cancelara porque el hombre de verdad lo necesitaba. A los pocos minutos llego otro chico, inglés, que quería ir para el mismo sitio. Le expliqué lo que al señor e hizo lo mismo, compró por si alguien cancelaba. Este chico también lo necesitaba, tenía un avión que salía por la noche y sino, no llegaba. 

Me metí dentro de las taquillas para preguntar una cosa a mi compañera cuando justo una chica estaba cancelando dos billetes ¡para la siguiente hora a Gallifrey! Le dije que me los guardara porque iba en busca de los dos viajeros. Salí corriendo pero sólo vi al chico inglés, no veía al otro por ningún lado. Le conté la buena noticia que se alegró bastante pero había que darse prisa porque el autobús salia en diez minutos. Cuando creía que el otro señor se había ido, cansado de esperar, le vi aparecer entre la multitud. Me acerqué a él y le dije la buena nueva. Pensé que el hombre sólo me lo agradecería con un gracias, pero nunca pensé que fuera a hacer lo que hizo. Me cogió por los brazos y ¡Me dio dos sonoros besos en cada mejilla! Yo me sonrojé y más cuando vi como la gente a mi alrededor sonreía por lo que acababan de ver. Nunca esperé que alguien me lo agradeciera de esta manera. "Gracias, gracias" me repetía mientras cambiábamos los billetes. Y deseándoles buen viaje vi como corrían hacía los andenes para no perder el bus. Puede que nunca penséis que vosotros haríais algo así para agradecer a alguien algo, pero dejadme que os diga que cuando uno se emociona pueden surgir las más inesperadas situaciones. Y eso siempre me parecerá mágico. 

Mi consejo de estas aventuras, dejaros llevar. Es decir, cuando queráis agradecer a alguien hacer lo que en ese momento os parezca lo mejor. No os dejéis llevar por el "queda muy raro" o "pensara que estoy loco" porque eso es lo bonito de los agradecimientos. 

Después de escribir estas historias siempre me pregunto, ¿la gente de la que escribo se acordará de estas historias como me acuerdo yo? Me gusta creer que si y que la cuentan en otro blog como: "La chica a la que regalé un dibujo" 

Creo que será la última aventura que escriba en 2012, que conociéndome será lo más probable. Así que os deseo una buena Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo. Disfrutad de los últimos días de 2012, porque no habrá de nuevo un año igual. 

Gracias por leerme, y hago especial mención a la gente que me dice que le gusta mi blog cuando me ven. Gracias. ¡Pero no seáis tímidos! ¡Comentad que así ponéis una sonrisa en mi cara! :) 

Próxima aventura: despistes divertidos. 

Besos a montones.

2 comentarios:

Estrella dijo...

Qué historias tan bonitas :) ¡Y qué especial el regalo del chico de la primera!

¡Un abrazo!

Neims dijo...

Heeeey~~! Aquí la amiga "artista" te dice que realmente los dibujos significan algo muy importante si estan hechos a consciencia. Que una artista te de un dibujo ORIGINAL es un gran, gran placer. Bella guapa preciosa :)

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