viernes, 9 de agosto de 2013

Batalla a la razón

Publicado por Lili en 18:38 0 comentarios
¡Hola aventureros! 

Esta vez vengo con algo diferente, y aunque ya tengo en mente la siguiente entrada, he querido publicar esto antes. 

Es una historia que creé hace bastante para un concurso literario. Nunca me había atrevido a hacer nada por el estilo, es decir, escribir algo y mandarlo; pero esa vez me atreví. No es que este muy satisfecha con el resultado, lo escribí en una tarde, pero el otro día mirando archivos antiguos lo encontré y leyéndolo pensé: "Lo voy a subir a mi blog" 

Como he dicho no es de lo mejor que he escrito, pero me hace ilusión que lo leías y me comentéis que os parece, puede que a lo mejor luego lo borré porque me de vergüenza, pero de momento se queda por mi blog de cosas positivas. Y si tenéis tiempo y queréis leer más en mi pestaña de relatos tengo dos historias más. Son cortitas y no tardaréis mucho en leerlas :) La segunda historia es mi favorita de todas las que he escrito. 

Gracias por todos vuestros comentarios y por leerme. Lo diré siempre pero, ¡SOIS LOS MEJORES!

Por cierto, tengo nueva foto de perfil gracias a mi bella Patri ^_^ Simplemente me encanta. 

Besos a montones.  


Los arboles se difuminaban a través de los cristales de aquel viejo autobús. Apoyó su mejilla contra el frío cristal y cerró los ojos. Sentada en la parte trasera con un solo bolso como acompañante, rodeada de gente convertida en extraños conocidos.

Su mente divagaba pero su mirada fijaba la atención en aquel papel arrugado que descansaba entre sus manos. Releyó de nuevo aquellas palabras de caligrafía torcida. Una pequeña llama de esperanza se encendía a cada palabra en su cansado corazón. Susurró las palabras solo para ella, solo para entender, porque esta vez el corazón había decidido intentar ganar la batalla a la razón. 

“Este es un pasaporte al país de los sueños. Donde todo lo que tu corazón más anhela se cumplirá. El color azul será nuestra guía”

Apretó fuertemente el papel contra su pecho. ¿Había alguna esperanza para ella en ese mundo de locos? ¿O se iba a convertir en un alma perdida rodeada de sentimientos sin poder agarrar ninguno con las manos? Suspiró largamente esperando que el aire expulsara cualquier pensamiento negativo, cualquier duda, cualquier arrepentimiento. Pero una pequeña lágrima salada escapó a ese procedimiento de relajación, recorriendo su pálida cara y perdiéndose entre su cuello.

Se secó los ojos con furia, borrando cualquier señal de debilidad, odiándose por mirar atrás, odiándose por pensar siempre en los demás, odiándose por no pensar ni en un segundo en ella. 

¿Estaba acaso loca por aceptar aquella invitación? ¿Acaso ella no podía sentir como cualquier persona? ¿El mundo sólo la había creado para sufrir? Preguntas sin respuesta que sólo hacían dañar más a su indefenso corazón. 

Ella sólo quería conseguir lo que ese mundo catalogaba como felicidad suprema, aquello que todo el mundo deseaba y que hacía ver la vida de tantos colores que no se podía clasificar en una ninguna gama. Aquella palabra de cuatro letras que hacía que el mundo girara más deprisa y que la vida pareciera un poco más fácil. ¿Acaso estaba mal que ella solo deseara un poco de amor

Apretó fuertemente los puños en sus piernas, controlando las lágrimas que amenazaban por salir, porque aunque escociera y doliera no iba a llorar. No iba a demostrar al mundo su debilidad, ella no era débil. Y aunque su mente la hiciera creer todo lo contrario, una pequeña parte de su corazón, la parte fuerte, luchaba por querer salir y demostrar al mundo que era valiente. Que sólo había que darle más alas para conseguir su ansiado premio.

Una pequeña mano caliente se apoyó en su regazo, acariciando, haciéndola sentir que no estaba sola. Su cabeza giró descubriendo una pequeña cabeza rubia con un gran lazo azul. Una sonrisa de dientes robados por el ratoncito Pérez se dibujaba en la niña de ojos verdes. 

“Mi mama siempre dice que si lloras, te duele la cabeza, pero que es la manera que tiene nuestro cuerpo de demostrar que el corazón ha ganado la batalla”

La niña agarró la mano de la chica, apretándola suavemente. Sus ojos verdes mostraban sabiduría a pesar de su escasa edad. 

 “¿Quieres que te duela la cabeza?” 

Y como si esta pregunta inocente es lo que llevara deseando desde que había partido rumbo a un camino incierto, como si esto hubiera bajado sus defensas hasta dejarlas a un nivel bajo cero, como si esto hubiera sido una orden, las lágrimas volaron libres haciendo que por primera vez en mucho tiempo sintiera paz en su agitado corazón. 

Lloraba por todos los “no” que la vida le había arrojado, por todos los sentimientos callados, por todos los arrepentimientos. Lloraba en silencio acompañada de una niña extrañamente conocida. 

El autobús llegó a su parada sólo cinco minutos más tarde a su destino. Bajó los peldaños y observó el cielo cubierto de estrellas. De pequeña su padre le contó que el cielo revelaba los secretos de su corazón. En ese momento le creyó más que nunca. 

Cerró los ojos y aspiró el aroma de la noche. Su cabeza dolía mucho, demasiado. Pero se sentía feliz. Por primera vez en su vida se sentía feliz. Los miedos habían desaparecido. Y todo se lo debía a una niña en un viaje estrambótico de autobús. ¿Quién se lo iba a decir? 

Una rosa de color azul apareció en su campo de visión al abrir los ojos. Una sonrisa iluminó su cara y recordó la caligrafía torcida: El color azul será nuestra guía. La recogió delicadamente con sus manos acunándola. Aspiró su delicado perfume y supo que todo iba a salir bien. Que todos sus miedos se habían disipado. Que por fin el corazón había ganado la batalla. 

“¿Qué es lo primero que quieres hacer?” 

Y elevando su sonrisa al cielo, susurró dos palabras que tanto ansiaba decir.

“Sólo vivir” 
 

My little things Copyright © 2010 Design by Ipietoon Blogger Template Graphic from Enakei