miércoles, 12 de diciembre de 2012

La magia de un gracias diferente

Publicado por Lili en 11:55 2 comentarios
¡Hola Aventureros! 

Ya llega mi época favorita del año, ¡la Navidad! ¿No estáis ansiosos? Siempre me alegra ver las calles decoradas, la gente planeando ver a sus familiares y todo el ambiente de bondad (aunque eso es algo que debería estar todo el año). 

Bueno, ¿preparados para mis nuevas aventuras? Si, como ya hice la vez anterior, os voy a contar historias con el mismo denominador común, esta vez: los agradecimientos. 

Cuando ayudas a la gente te pueden sorprender de las más diversas formas, desde ser muy educados y decirte un simple gracias pasando por las cosas más surrealistas que os podéis llegar a imaginar. Puede que las mías no sean para catalogarlas con la etiqueta surrealista, pero si merecen ser contadas. 

Así que sin más preámbulos, aquí os dejo con mis aventuras. ¡Disfrutadlas!

El artista viajero

Si tuviera que elegir una historia entre todas las que tengo, esta estaría entre las 5 primeras. Puede que no sea la más bonita o lo más graciosa, pero para mí tiene algo de mágico. Recuerdo que era viernes y que ya quedaban pocas horas para que se terminara mi jornada, y como cualquiera, quería descansar en el fin de semana. Estaba pensando lo que podía hacer, cuando un chico vino corriendo hacía mí, había olvidado la mochila en el autobús. No era la primera persona que me contaba lo mismo, y yo me sorprendía de lo despistadas que podían ser. Le dije entonces que me diera todos los datos para poder llamar a tráfico y que me dijeran donde podía estar el autobús. Me comentó que era muy importante y que lo necesitaba porque tenía otro autobús que salía en tres horas desde otra estación. Al llamar, me dijeron que el autobús estaba en las cocheras lavándose pero que volvía a salir en dos horas. Al comentárselo se puso muy contento y sin parar de decir gracias me dijo que volvería en una hora y media. Me quedé pensando si alguna vez a mí se me olvidaría la maleta, y llegué a la conclusión de que puede que la maleta no, pero si pequeñas cosas, he perdido ya demasiadas. Pero, ¿a quién no le ha pasado alguna vez? 

A la hora y media el chico volvió a venir y saludándome nos dirigimos hacía los andenes para recoger su mochila. En el camino me contó que venía desde Francia (no se le notaba para nada su acento francés, hablaba muy bien español) y que había estado haciendo autostop hasta San Sebastian, donde al ver que nadie le recogía opto por cogerse un autobús hasta Madrid porque era donde tenía que coger el que le llevaba a Lisboa. Me parecía fascinante todo lo que me contaba, y creo que fue de las personas más aventureras que conocí trabajando allí. Cuando ya recogimos su mochila y nos dirigíamos a la salida me dijo: "Has sido muy amable hoy conmigo" Sonreí "Lo hago encantada" Entonces con una sonrisa enorme me dijo: "Te voy a hacer un regalo" Y abrió su mochila de la que sacó un cuaderno super bonito "Soy dibujante, y aquí hago todos mis dibujos" me dijo mientras pasaba las hojas. "Y te voy a regalar uno" Al principio me negué, ¡eran sus dibujos! Pero el chico insistió tanto que tuve que cogerlo. Le dí las gracias y me despedí de él deseándole buen viaje para Lisboa. Era un dibujo un tanto abstracto y cuando llegué a la taquilla todo el mundo se rió, pero a mí me parecía un dibujo muy bonito y siempre me lo parecerá. Este chico me agradeció de una manera que nunca esperé, me dio algo que era suyo. Puede que os parezca una tontería, pero una de mis mejores amigas es dibujante y sé lo que significa que alguien te regale un dibujo, no solo te dan una hoja con ilustraciones, también te regalan una parte suya. Y además, ¿quién sabe? Puede que este chico se convierta en famoso y yo tenga uno de sus dibujos. 

Aquel que se emociona y lo expresa a su manera

Esta historia es de las más divertidas que tengo, porque realmente, nunca esperé que esto me llegara a pasar alguna vez. Cuando la gente no se planifica las vacaciones o de repente deciden hacer un viaje, no se dan cuenta de que mucha gente puede pensar lo mismo que ellas, y por lo tanto formarse un caos. Pues bien, esto era lo que pasaba casi todos los viernes de verano en la sobremesa. Los autobuses estaban llenos y tenían que esperar como dos, tres horas para poder viajar. Y si dentro de las taquillas era un caos, afuera en las máquinas era peor. Estaba trabajando a destajo, cuando un señor me preguntó muy confiado cuando era el siguiente autobús a "Gallifrey" (de nuevo nombre inventado, aunque no me importaría irme para allá :P) y le tuve que dar la mala noticia de que no salía otro hasta horas más tarde. El señor se quedó con la boca abierta sin creerse su mala suerte, ¡tenía que estar allí antes de por la noche por una entrevista de trabajo! Yo sólo le pude aconsejar que comprara ese billete y que si alguien cancelaba algunas horas antes podíamos hacer un cambio. El hombre se tuvo que conformar y después de comprar el billete me dijo: "Me quedo por aquí por si alguien lo cancela, ¿vale?" Yo asentí y seguí trabajando, rogando para que alguien cancelara porque el hombre de verdad lo necesitaba. A los pocos minutos llego otro chico, inglés, que quería ir para el mismo sitio. Le expliqué lo que al señor e hizo lo mismo, compró por si alguien cancelaba. Este chico también lo necesitaba, tenía un avión que salía por la noche y sino, no llegaba. 

Me metí dentro de las taquillas para preguntar una cosa a mi compañera cuando justo una chica estaba cancelando dos billetes ¡para la siguiente hora a Gallifrey! Le dije que me los guardara porque iba en busca de los dos viajeros. Salí corriendo pero sólo vi al chico inglés, no veía al otro por ningún lado. Le conté la buena noticia que se alegró bastante pero había que darse prisa porque el autobús salia en diez minutos. Cuando creía que el otro señor se había ido, cansado de esperar, le vi aparecer entre la multitud. Me acerqué a él y le dije la buena nueva. Pensé que el hombre sólo me lo agradecería con un gracias, pero nunca pensé que fuera a hacer lo que hizo. Me cogió por los brazos y ¡Me dio dos sonoros besos en cada mejilla! Yo me sonrojé y más cuando vi como la gente a mi alrededor sonreía por lo que acababan de ver. Nunca esperé que alguien me lo agradeciera de esta manera. "Gracias, gracias" me repetía mientras cambiábamos los billetes. Y deseándoles buen viaje vi como corrían hacía los andenes para no perder el bus. Puede que nunca penséis que vosotros haríais algo así para agradecer a alguien algo, pero dejadme que os diga que cuando uno se emociona pueden surgir las más inesperadas situaciones. Y eso siempre me parecerá mágico. 

Mi consejo de estas aventuras, dejaros llevar. Es decir, cuando queráis agradecer a alguien hacer lo que en ese momento os parezca lo mejor. No os dejéis llevar por el "queda muy raro" o "pensara que estoy loco" porque eso es lo bonito de los agradecimientos. 

Después de escribir estas historias siempre me pregunto, ¿la gente de la que escribo se acordará de estas historias como me acuerdo yo? Me gusta creer que si y que la cuentan en otro blog como: "La chica a la que regalé un dibujo" 

Creo que será la última aventura que escriba en 2012, que conociéndome será lo más probable. Así que os deseo una buena Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo. Disfrutad de los últimos días de 2012, porque no habrá de nuevo un año igual. 

Gracias por leerme, y hago especial mención a la gente que me dice que le gusta mi blog cuando me ven. Gracias. ¡Pero no seáis tímidos! ¡Comentad que así ponéis una sonrisa en mi cara! :) 

Próxima aventura: despistes divertidos. 

Besos a montones.

domingo, 21 de octubre de 2012

Love is in the air

Publicado por Lili en 6:38 6 comentarios

¡Hola Aventureros! 

¡Madre mía! ¡Han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí! Ya no estoy trabajando, ahora soy pelirroja y estoy estudiando para el first. A lo primero no sintáis pena, era un trabajo pasajero y aunque ahora los trabajos escasean voy a encontrar algo que me guste mucho más, así que, ¡deseadme suerte! 

Eso sí, aunque ya no esté trabajando tengo un montón de historias en el tintero y siempre recordaré con cariño muchas de ellas, pues me hacían sonreír y confiar en que todavía hay mucha gente buena y simpática por el mundo.

Estas aventuras, pluralizo porque son varias, tienen todas un denominador común: las parejas. Si, las parejas. Creo que a todo el mundo nos ha pasado alguna vez, sobretodo dicho por las personas mayores, lo de: "Tú harías buena pareja con mi nieto, lástima que este casado" O revés en el caso dicho a los chicos, no me os enfadéis. 

Pues bien, estás son mis tres aventuras de hoy. ¡Disfrutadlas!

El soborno

Cuando la gente no conseguía la hora que quería podían reaccionar de dos maneras diferentes: o se enfadaban o te sobornaban. Aunque lo primero ocurría más a menudo, más en día de festivos, lo segundo podía ocurrir de cualquier forma inesperada. Lo que me ocurrió a mí con este señor. Era un día en el que uno de los destinos que realizábamos, diremos que es "Hogwarts", estaba bastante completo y la gente conseguía hora para siguiente horas. El señor vino a la taquilla, y muy alegremente me pidió para "Hogwarts" pero tuve que darle la mala noticia de que se tenía que ir dos horas más tarde. El señor, muy simpático, intentaba que le diera plaza antes, pero yo no podía hacer nada más. Entonces como un pequeño soborno me dijo: "No te presento a mi nieto sino me das plaza antes". Yo me reí y le contesté: "Si la próxima vez que venga le consigo plaza para cuando usted quiera, ¿Me lo presenta?" El hombre sonrió y contestando un "Ya veremos" se alejó para sentarse en la sala de espera. Puede que tuviera un final agridulce pero, ¿quién no ha sobornado nunca con un familiar? 

El padre casamentero

Reconozco que cuando estaba afuera con las máquinas me ocurrían las historias más graciosas. Puede que fuera porque mucha gente venía solo a preguntar y ya de paso se quedaban a hablar un rato; y yo, que a veces me aburría como una ostra, lo agradecía infinito. Pues bien, un día vinieron un señor y su hijo, los dos de Brasil. Estaba informándoles de los viajes, ya sabéis: las horas, el precio, etc. Cuando el señor me dice de repente: "¡Oye! Tienes unos ojos muy bonitos, cásate con mi hijo" Ante esto el hijo, que tendría como unos 16 años, se ruborizó y se escondió detrás de su padre. Yo me empecé a reír, no del pobre chico claro esta, sino de la situación. ¿A qué nunca os han propuesto matrimonio de esta manera? "Claro, cásate con él" -el hombre seguía con su insistencia- "Y así tendré nietos españoles. Nietos españoles y brasileiros. ¿Qué te parece?" Yo sólo me reía y dándole las gracias, prometí que me lo pensaría. El hombre se fue haciendo sus planes y el hijo le seguía con la cabeza baja y abochornado. ¿En cuántas situaciones similares le habría metido al pobre? 

¿Dónde está tu anillo de casada? 

Os voy a poner un poco en situación, cuando estaba fuera en las máquinas, yo estaba situada al lado de la única puerta para entrar en la taquilla. Ahí no solo entraban los taquilleros, sino también los conductores a los que saludaba siempre y era conocida entre ellos como "La chica de las máquinas". Pues un día por la tarde, en la que no había mucha gente, llegó un hombre mayor preguntándome por un destino que nosotros no vendíamos, sino la otra empresa que había en la estación y que a esa hora ya estaba cerrada. Yo le dije que había un horario en el cristal y que podía mirarlo para informarse. Pero el hombre estaba un poco perdido y como no había nadie al que atender me dispuse a ayudar a la "competencia". Me acerqué con él, vimos el horario y le apunté en su móvil el teléfono para que llamara por la mañana, el hombre era super simpático. "No tienes anillo, ¿no estás casada?" me preguntó sin previo aviso. Riéndome le dije que no y el me preguntó de nuevo: "¿Y eso por qué?" Yo me encogí de hombros: "Pregúntele a ellos" "¡Ah pues no!- el hombre negaba con la cabeza- "Ahora mismo te vamos a buscar a uno" Yo me reía, ¡qué hombre más majo! En eso, de que mientras el hombre miraba por la estación, apareció un conductor que me saludó y yo le saludé de vuelta. El hombre se fijo entonces en él y me dijo a modo de padre: "Este no me gusta para ti" Era un señor muy entrañable. ¿Todavía seguirá en la búsqueda de mi marido?

Dos meses sin escribir han pasado factura y he escrito más que nunca pero, ¿os han gustado las aventuras? Estás las recuerdo especialmente con cariño porque el amor está por todas partes y la gente quiere que lo encuentres aunque te lo tengan que buscar ellos mismos ;) 

Y esta semana quiero que me contéis alguna historia parecida a las que me han pasado a mí en estas aventuras, os podéis alargar tanto como queráis (o tanto como os deje el cajón de los comentarios je je)

Esta historia va a ser de las últimas que escriba en al menos dos semanas, porque el miércoles me voy a Londres y de ahí me voy a Barcelona. ¡Mis vacaciones de verano por fin han llegado! Pero leeré todos los comentarios y aventuras que me contéis. 

Próxima aventura: gente agradecida y sus efectos. 

Besos a montones.

martes, 28 de agosto de 2012

Equivocaciones y sus consecuencias

Publicado por Lili en 5:18 4 comentarios

¡Hola Aventureros! 

¿Cómo andamos? Esta vez vengo antes que la última, aunque si es verdad que vengo con una aventura un tanto más pequeña pero, ¡Una aventura siempre es una aventura! ;) 

Como dije al final en la última historia, esta vez voy a hablar de horarios equivocados. Y trabajando en una empresa de transporte lo más lógico sería hablar de horarios equivocados de clientes (que creerme, hay demasiados horarios equivocados) pero no, esto me paso a mí y sólo a mí. 

El horario nos lo dan cada semana, por lo que hasta el jueves o viernes no sabes que horario tienes. Pues bien, leí el horario y descubrí que tenía turno de mañana y que entraba a las diez de lunes a viernes. No era mal horario, aunque salía un poco tarde. Trabajé de lunes a jueves, y entonces llego el viernes, que era mi último día y como sabréis todos (ya sea por las clases o el trabajo) el último día antes del descanso es en el que más cansado estás y sólo quieres dormir y pensar en las cosas que podrás hacer cuando tengas esos días libres. Me levanté a la misma hora de siempre e hice las mismas cosas de siempre, ¡E incluso salí antes! Por lo que llegué al trabajo como unos quince minutos antes. Entré en la taquilla y saludé a todo el mundo que estaba trabajando. Y estaba dejando las cosas en mi armario, cuando me dice mi compañera: "¿Tú no entrabas más tarde?" Y yo, pensando que se refería a que había llegado antes (porque siempre voy justita de tiempo) le digo: "He llegado sólo quince minutos antes, tampoco es muy temprano" Y ella: "Pues yo creía haber visto que entrabas más tarde" y se encogió de hombros atendiendo al siguiente cliente. Me quedé con la duda y fui a mirar el horario sólo para demostrar que yo tenía razón. Pero cual fue mi sorpresa que al seguir mi dedo en la línea en la que ponía Lidia y pararme en el viernes, ¡Descubrí que había un once en lugar de un diez! ¡Había entrado a trabajar una hora antes! Me empecé a reír y mi compañera me decía: "¿Ves? Te lo dije" mientras que mis compañeros se reían de mi pequeña desgracia. 

Pero dos cosas buenas pasaron ese día, estuve una hora desayunando en una cafetería cercana disfrutando del libro que me estaba leyendo; y esta fue la pequeña aventura con la que dije: "Tengo que escribir ya el blog" :)

Así que ya sabéis, mis consejos de esta semana: "Mirad bien los horarios, aunque nunca se sabe, puede desencadenar algo bonito el equivocarte de hora ;)" 

Próxima aventura: Matrimonios y otras proposiciones. 

Besos a montones

martes, 14 de agosto de 2012

Lo bonito de que te entiendan en otros idiomas

Publicado por Lili en 12:00 8 comentarios
¡Hola aventureros! 

Sí, aquí estoy de nuevo. ¿Pensabais que había abandonado? ¡Ja! Nunca os librareis tan fácilmente de mí ;). He tardado un poco más en escribir porque he tenido unas semanas un tanto ocupadillas; pero hoy, que es mi día libre, no podía desaprovechar y no escribir. 

Por lo que veo, los calzoncillos no os gustan ya que no comentasteis ninguno la historia, ¡pero si eran de dibujitos! Jejeje. Bueno sé que lo leísteis porque me sale las personas que lo han visto, y eso me alegra :). Pero desde aquí os animo a comentar aunque sea sólo un: "¡Qué chulo!" "No me gusta" o "XD" ¡Todo vale! ;)

Cualquiera que me conozca un poquito sabe que tengo pasión por la gente extranjera (y más si son ingleses) y que cualquier idioma me gusta aprenderlo y saber decir cosillas. Pues bien, estas son diferentes historias que me pasaron al hablar en diferentes idiomas. 

Una de mis compañeras es de Ucrania, y un día le dije que yo sólo sabía decir en ruso (que es uno de los idiomas que hablan allí) "Gracias" y ella me contestó con "Payaosta" (sé que seguro no se escribe así =P) Entonces le pedí que me enseñara ruso que me hacía mucha ilusión, y como a la semana siguiente íbamos a estar juntas en el horario de mañana me enseñaría ahí, pues es cuando menos gente ahí ¡Aunque la gente es muy madrugadora! Empezamos con lo fácil y me enseñó a decir: "Buenos días"- "Dobroye utro" y "Tengo sueño"- "Ya hochu spat" y cada vez que nos hacíamos un favor decíamos "Spasibo" y "Payaosta" ¡Era muy divertido! Los demás compañeros en la taquilla no sabían porque hablamos tan "raro". Pues bien, después de varios días y poco más que 2 frases más aprendidas vinieron unas chicas rusas a comprar un billete. En cuanto me dieron los pasaportes y vi que eran rusas me giré emocionada a mi compañera: "¡Son rusas!" Mi compañera se rió y me dijo que las dijera algo en ruso. Después de atenderlas y venderlas el billete, les comenté que estaba aprendiendo ruso y que sabía decir algunas palabras. Ellas asintieron encantadas y un tanto sorprendidas de que quisiera aprender ruso. Me aclaré la garganta y las dije: "Privet, ya hochu est" (Hola, tengo hambre) Ellas se rieron y una de ellas me contestó: "Ya takzhe" (Yo también) ¡La entendí porque era una de las palabras que me había enseñado mi compañera! Me encantó porque ellas me habían entendido a mí y yo les había entendido a ellas. Se alejaron riéndose y yo grité dentro de la taquilla :"¡Sé ruso!" Y ahora cada vez que viene alguien ruso a la taquilla al menos le digo: "Spasibo" ;) 

Nunca me había interesado en aprender japonés, pero cuando empecé a ver series manga en versión original ciertas palabras se te quedan. Pues bien, una de ellas era: "Arigatou gozaimasu" - "Muchas gracias". Pues un día, cuando estaba en las máquinas, vinieron tres chicos japoneses que estaban un poco perdidos. Estuve hablando con ellos, ayudandoles. Entonces cuando se fueron me dijeron en un español ajapanosado: "Gracias" y yo como no sabía decir "De nada" en japonés les dije: "Arigatou gozaimasu" y ellos sonriendo a la par dijeron el "Oh" tan típico de los orientales y emocionados se fueron haciéndome la reverencia sin dejar de repetir lo que les había dicho, yo también les hice la reverencia sonriendo ¡Los japoneses son geniales! ;) Y hace poquillo, estando en la taquilla, vinieron tres chicos japoneses, después de atenderles y venderles el billete, les dije lo mismo que a las rusas, que sabía una cosa en japones. Ellos asintieron y me miraron expectantes por lo que les iba a decir. "Konnichiwa, watashi wa Lidia" ellos sonrieron y me dijeron: "Has dicho: "Hola me llamo Lidia" Yo asentí emocionada, ¡me habían entendido! 

Mi amiga Patri, me metió en el mundo de los doramas, que es el nombre que tienen las series orientales; aunque realmente sólo he visto una ;). Pues bien, esta serie era una coreana y el actor principal es un cantante que se llama Bi Rain, conocido por mi cuñada como "el que se quita la camisa en un vídeo romántico , que me gusta mucho y baila muy, muy bien. Pues bien, todo esto viene a que claro, como me pasó con el japones tanto escucharlo al final sabes como decir algunas cosas y como no, lo puse en practica en la taquilla con otro cliente. Después de venderle el billete, y comprobar por el pasaporte que era coreano, me atreví a decirle una palabra, pero esta me daba más vergüenza que las anteriores. Le dije como a todos, que sabía una palabra en su idioma y que si quería que se la dijera. Asintió y con las mejillas un tanto coloreadas le dije: "Saragne" él se empezó a reír y me preguntó: "¿De dónde has aprendido esa palabra?" "De Bi Rain, el cantante, ¿le conoces?" El se rió más fuerte y asintió. Se despidió y yo sonreí avergonzada. ¡Si es que les digo unas cosas a los clientes! Ahora mismo os estaréis preguntando que es lo que le dije, ¿verdad? Pues bien, no fue ni más ni menos que: "Te quiero" ¡De ahí me vergüenza! Jajaja. Y el chico era mono ;) 

Os quejareis, ¿eh? Cuatro historias por el precio de una, eso sí, si habéis llegado vivos al final y no os habéis quedado dormidos por el camino :P. 

Y este es mi consejo de hoy, aprender todos los idiomas posibles, aunque sean palabras tontas, porque luego es muy divertido decir palabras en ese idioma y ¡que te entiendan más aún! :)

Próxima aventura: horarios equivocados. 

Besos a montones.



martes, 24 de julio de 2012

La gravedad y su efecto

Publicado por Lili en 14:31 0 comentarios
¡Hola aventureros!

¿Cómo andamos esta semana? Yo la verdad, un poco cansada, porque estoy de mañana y madrugo lo que no está escrito (con decir que el otro día cuando llegué al metro no estaba puesto ni los minutos de espera jeje). Pero con buenas siestas en el tren se aguanta todo ;)

Como veis, hay nuevo diseño de blog. El otro día después de un buen rato y un poco de quebradero de cabeza, pude instalar el nuevo diseño, ¿os gusta? :). Es uno de los diseños que más me gustaban porque era muy yo ;)

Y sin más dilación os voy a presentar la nueva aventura de hoy, esta va a ser diferente a la anterior, pero en mi opinión más divertida. Os voy a poner en situación. 

Esta vez me ocurrió el año pasado cuando trabajaba en las máquinas de afuera. Empecé en la temporada de Semana Santa, una época en la que todo el mundo viaja, todo está lleno y todo el mundo está estresado. Pues bien, ese día había más gente en la taquilla que en Madrid, os lo puedo asegurar. La gente esperaba como una hora para comprar billetes, vamos ¡un caos! Sería como las tres de la tarde, y por esa hora es cuando más se llena la estación porque es cuando más viajes hay, y como no también, cuando más problemillas hay. 

Pues estaba fuera atendiendo como podía a los clientes, había tantos que incluso ¡Tenía qué atender dos máquinas a las vez! En eso de que veo venir a un chico corriendo con la maleta hacia mí, muy nervioso y gritando: "¡Por favor, por favor!" Le pregunté que le ocurría y le pasaba lo que pasa cuando hay mucha gente, él tenía un billete comprado por Internet y con un localizador que se da en el momento de la compra y el DNI, puedes subir directamente; pero supuestamente, no estaba en la lista de pasajeros. Entonces le mandaron a taquilla para solucionar el problema, dos minutos antes de que saliera. Por lo que el chico, normal, estaba nervioso. Como desde las máquinas no tenía como ver si estaba en la lista me metí dentro, pero el chico aguantó la puerta y desde fuera podía oír: "Por favor, ¡qué lo pierdo!" Efectivamente buscando la lista, le encontré. Salí corriendo y le entregué el billete, pero eran ya las tres en punto y sino se iba, perdería el autobús. El chico salió corriendo con las dos maletas, una grande y otra pequeña, pero eso le retrasaría, así que no me lo pensé dos veces y salí corriendo detrás de él, yo iría más rápido. Pues bien, este chico llevaba unos pantalones de tan de moda ahora, en los que se te ve medio calzoncillo, por lo que podréis suponer muy cómodos no son si tienes que ir corriendo. Así que cuando no llevaba más de dos metros recorridos, la gravedad hizo su efecto, y los pantalones cayeron al suelo en medio de toda la gente que esperaba para comprar su billete. ¡El chico se quedó en calzoncillos! Yo me tuve que aguantar la risa, pero era muy gracioso ver a un chico en mitad de la estación con dos maletas y los pantalones bajados. Se subió corriendo el pantalón y se apretó el cinturón, aún le quedaba mucho trayecto y no creo que quisiera que todo el mundo viera sus calzoncillos de nuevo, que sino recuerdo mal, eran de muñequitos. 

Al final pudo coger el autobús y mientras guardaba las maletas me repetía: "Gracias, gracias"diciéndole: "De nada" me dirigí de vuelta a la taquilla riéndome. ¡Nunca pensé que le vería los calzoncillos a alguien en el trabajo!

Esta es una de mis aventuras favoritas, pero no porque le viera los calzoncillos al chico, sino porque son cosas que nunca pude imaginar que ocurriría en una taquilla. ¿Vosotros lo hubieras llegado a creer? Eso sí, desde aquí mi consejo: "Ataos fuerte el pantalón y llevar siempre ropa interior bonita, ¡nunca se sabe!" ;)

Próxima aventura: palabras en otros idiomas :)

Besos a montones




martes, 17 de julio de 2012

Cuando todo se oye

Publicado por Lili en 14:02 7 comentarios
¡Hola aventureros!

Si lo sé, tengo que buscar otro nombre, pero de momento ese me pareció bien ya que leeréis mis aventuras y eso os convierte en mis aventureros. No os he convencido, ¿Verdad? =P

¡Por fin vais a poder leer mi primera historia! ¡Qué emoción! Confieso que estoy un poco nerviosa porque quiero que quede todo bien y que no os aburráis, así que vosotros comentad todo lo que veáis porque esa es la manera en la que puedo aprender a hacerlo mejor :) 

Esta primera historia me gusta en especial porque fue la primera aventura que me pasó cuando empecé a trabajar dentro de las taquillas vendiendo (antes trabajaba con las máquinas autoventa, fuera de la taquilla) y sentí que me iban a volver a ocurrir cosas divertidas. 

Comenzaré contando como es la taquilla. Es una cristalera alargada en la que hay 6 puestos para vender con un cristal metido un poco más adentro para que se pueda escuchar a la gente (aunque confieso que tiene una acústica un tanto deficiente). El turno es con número y aunque parece algo de lo más sencillo, la gente suele liarse bastante. Pues bien, yo me encontraba en uno de estos puestos atendiendo a la gente con nerviosismo ya que era mi primer día repitiéndolo todo muchas veces pues no quería equivocarme. Pulsé el botón para llamar al siguiente cliente y se acercó un chico muy guapo. Me puse más nerviosa si cabe, si lo sé solo era un chico ¡Pero le teníais que haber visto!, y creo que me equivoqué en darle la hora que quería. Terminé de atenderle y con un "Hasta luego, gracias" el chico se apartó de la ventana. En ese momento me giré hacía mi compañera y le comenté: "Cuando son tan guapos me pongo nerviosa y no sé que decir" Mi compañera se rió y yo girándome con una sonrisa me dispuse a atender a la siguiente persona. Pero lo que no me esperaba era encontrarme al chico que había atendido antes, a un lado de la ventanilla sonriéndome como queriendo decir: "Acabo de escuchar todo lo que me has dicho" ¡Qué vergüenza! ¡Me había escuchado! Me puse colorada como un tomate y en esta venta si que me equivoqué más de una vez. El chico se quedo un rato en la taquilla mirándome con "burla" y yo no sabía por donde meterme. Antes de terminar la venta, se alejó sin dejar de sonreír, al menos le había subido la autoestima. Me giré de nuevo hacia mi compañera y la dije: "¡Me ha escuchado el chico! ¡Qué vergüenza!" Y ella: "¡Claro, aquí se escucha todo!" 

Así que el primer día aprendí una lección importante, bueno más bien dos; primera: "En la taquilla se escucha todo" y segunda: "Si quiero decir que alguien es guapo me espero hasta verle alejado del cristal" ;)

Ya sabéis, cualquier comentario solo tenéis que pulsar un botón y además pondrías una sonrisa en mi cara :) ¿No os apetece?

Próxima aventura: carreras improvisadas y bajadas de pantalones ;)

Besos a montones

domingo, 15 de julio de 2012

Mis aventuras de todos los días

Publicado por Lili en 12:20 0 comentarios
¡Hola a todos!

Bueno, si es que todavía seguís por aquí, porque desde la última vez que actualicé... :P. Os pido perdón y ¿Qué mejor manera que actualizando de nuevo? 

Hace poco vi la película "Julie & Julia" (que sino la habéis visto, os la recomiendo) y en ella una de las protagonistas se propuso hacer todos los días una receta y comentarla en un blog personal. Me pareció una idea muy buena y decidí utilizarla también.

Pero no penséis que me voy a poner a hacer recetas y contaros la experiencia, porque solo leeríais lo mal que cocino y que nadie se querría comer mi comida, ¡soy pésima cocinando! Jejeje.

No, mi idea es más bien bastante diferente y creo, que más divertida de leer. Hace dos años, empecé un trabajo de verano en una empresa de transporte de viajeros (no diré nunca el nombre para que nadie pueda encontrarme jeje) Y como adivinareis, trabajar de cara al publico tiene sus cosas malas, pero también tiene muchas cosas buenísimas y graciosas que !Hasta me han hecho llorar de la risa! 

Y eso es lo que he decidido que voy a escribir en el blog, que como el título de esta entrada, serán mis aventuras diarias. Pero no os preocupéis, no voy a escribir nada malo, porque realmente las cosas que prefiero guardar en mi memoria y que vosotros conozcáis son las divertidas, aquellas en las que pensareis: "¡Qué loca esta la gente!" o incluso: "¡A mí me ha pasado esto!" Porque ¿quién sabe? A lo mejor estas leyendo una de mis historias y resultas ser tú el protagonista ;) 

Y aunque he decidido que esto será lo que adorne mi blog por ahora, tengo algunas historias en mente que aún no he publicado y que quiero que también conozcáis. Como aquella vez que fui a la luna o la vez que volé en alfombra mágica ;)

Y por favor, sentiros libres de expandir mi blog, ¡cuanta más gente más diversión!

Intentaré actualizar todas las semanas, siempre que los horarios del trabajo me dejen :) 

Besos y buena semana. 

Lili


 

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